Diseno creativo y edicion bajo los derechos de proteccion intelectual de OBREGON CORPORACION, Marca y Logo registrado ante el Instituto Mexicano de Proteccion Industrial (IMPI) Prohibida su reproduccion Total o parcial sin previo aviso al autor:
piteadofino@hotmail.com
|
![]() |
|||||||
La fibra de ixtle, mejor conocida como la fibra de pita, crece en las partes frías y altas del sur de nuestro país, en donde se puede encontrar en su estado silvestre; esta fibra es un preciado materia por su calidad en textura, brillo, finura, y sobre todo, porque posee una excelente resistencia, que aunado a todas estas propiedades hacen de ella un material comparado a la seda, pero de mayor eficacia para la preparación de redes en las partes del estado de Chiapas, utilizado principalmente por los lacandones en el arte de la pesca.
La cualidad que mantiene a esta fibra dentro de la utilidad en especial para indígenas del sureste, es por sus cualidades de resistencia y porque no encoge al contacto con el agua, por lo que fue una fibra invaluable para amarrar las puntas de las flechas que utilizaban en la casería. Asimismo, se utilizó para la unión de piezas de cuero en la fabricación de calzado, y no sólo esto, por su cualidad utilitaria tomó importancia en los objetos ceremoniales, para amarrar los abanicos y penachos decorados con plumas de faisán. Así, al encontrar utensilios de uso diario, hemos visto como también al ser teñidas las fibras con añil, esto permitía que al contacto con el agua las redes pasaran desapercibidas al confundirse con el agua. Como hemos mencionado anteriormente, su resistencia y durabilidad son únicas en su género. Con el incremento repentino de la demanda de esta fibra, los artesanos de la piel y de las comunidades indígenas domesticaron la planta, al recolectar los retoños para sembrarla entre los cafetales y los grandes manchones de la selva, por lo que su control económico varía, ya que para obtener un kilo de la fibra se necesitan recolectar entre unas doscientas a trescientas cincuenta hojas que tengan por lo menos unos tres años de edad; se supone que dentro de una hectárea de selva se pueden obtener entre quince a veinte kilos de fibra por año. Monto económico superior a lo que se obtiene por los productos de café o de ganado en estas regiones con la misma superficie. En los años sesenta, con la imposición de las fibras sintéticas, la pita estuvo a punto de desaparecer, sin embargo, en el norte del país algunos talabarteros especializados usaban la pita para elaborar artículos de cuero bordado, como cinturones, botas, sillas de montar y otros más. En los años noventa, con el surgimiento de la onda grupera, las prendas elaboradas con fibra de pita se volvieron muy populares, al ser revalorizada su belleza, que originalmente era reservada a los charros en sus atuendos de cuero bordado, por esta razón, la demanda de la fibra de pita se incrementó y se volvió una de las fibras más cotizadas en el mercado nacional, llegando a rebasar el precio entre el lino y la seda, para alcanzar un precio superior de mil pesos el kilo. Este fenómeno cultural y musical del norte del país, y principalmente en el sur de los Estado Unidos, revivió el antiguo arte de utilizarla, esto, por su aspecto parecido a la seda, siendo reservado a un sector muy limitado de la población. En México, las principales áreas de producción se encuentran en el sureste de Oaxaca y en pequeñas áreas del estado de Veracruz, aunque se ha encontrado en partes silvestres de Centroamérica y Colombia, pero no le dan la importancia que se le ha dado en la Republica Mexicana. Esta noble fibra se obtiene con una técnica indígena tradicional, consistente en raspar las hojas apoyadas sobre un tronco de madera, cuyo raspado es mediante una cuchilla de bambú o de palma. La obtención de la pita se realiza mediante varias lavadas con jabón y jugo de limón, para luego ser azotadas y quitar las impurezas, posteriormente, se expone al sol para dejar la fibra perfectamente limpia y sobre todo blanca, lo que permite que la fibra se pueda deshilar al pasar el peine y ser clasificada cuidadosamente. Los talabarteros fabrican ellos mismos los hilos, los cuales tuercen a partir de varias hebras de hilos sobre sus rodillas. Finalmente, los utilizan para bordar a mano piezas de cuero con dibujos inspirados en grecas prehispánicas, con las cuales fabrican cinturones, sillas de montar, botas de cuero, carteras y artículos tanto para hombres, como para mujer. Las artesanías de pita alcanzan un valor elevado, ya que podemos encontrar cinturones piteados arriba de los treinta mil pesos y sillas de montar alrededor de cien mil pesos, y muchas de las fundas de los machetes bordadas con la fibra alcanzan un precio de veinte mil pesos. Aunque la competencia de las nuevas pieles ha mermado su valor, por ejemplo las pieles de avestruz y otras pieles exóticas, sigue prevaleciendo el trabajo del piteado, ya que en el norte del país estas son prendas preferidas por muchos mexicanos, tendencia que mantiene sin riesgo de extinción esta artesanía nacional. En la actualidad y con la finalidad de identificar nuevos usos de esta fibra excepcional, los productores, así como organizaciones no gubernamentales, han iniciado un proceso de colaboración mediante un proyecto para fabricar textiles y papel elaborados con la hoja raspada de la pita. Casi todos sabemos que los magueyes dan origen al mezcal y al tequila, pero esta planta que en griego significa "nobleza", hace honor al nombre pues tiene múltiples usos.
En las regiones rurales las pencas del maguey y agave sirven como tejas para las casas y en muchas de ellas los campesinos siembran agaves para usarlos como corral para sus animales. De las pencas tenemos una fibra de la cual se saca y se van haciendo cordones y con el largo de estos se va haciendo una cuerda que le llamamos cabinda y que se usa para el deporte de la charrería. De esta fibra también se obtiene el hilo para bordar los cinturones piteados como los que usan los charros y mariachis. Las piñas de magueyes y agaves pueden convertirse en abono o artículos decorativos. De las pencas hacen unas compostas para hacer fertilizantes de las plantas y una vez que se le extrae y se le saca todo el jugo queda esa pequeña fibra con la que se hacen inclusive galletas y de esta fibra se hacen pequeñas macetas. El maguey o agaves es conocido como el árbol de las maravillas porque dan agua, miel, vino, aceite, vinagre, arrope, hilo y agujas. Son plantas muy agradecidas pues se dan donde uno los siembra, aunque ya estén marchitos. Los magueyes se reproducen principalmente, por los hijuelos que se desarrollan en la base del tallo de la planta madre, o bien por las semillas que produce la floración, pero ésta sólo ocurre una vez en la vida de un maguey, es el irremediable anuncio de su muerte. Para mayor informacion: http://www.piteadofino.com/piteado_fino_012.htm |
![]() |